La planta crasa con flor es uno de los elementos decorativos naturales más ideales para exterior o interior, ya que ofrece una gran belleza y necesita muy poco mantenimiento. Las plantas crasas, conocidas en botánica como suculentas no cactáceas, se caracterizan por tener el tallo, las hojas y las raíces más carnosas, para almacenar agua y nutrientes, y sobrevivir en periodos de sequía. Esta capacidad de adaptación al medio hace que podamos encontrar una gran variedad de especies, de formas y colores increíblemente sorprendentes y originales.
5 plantas crasas con flor
A continuación, recopilamos algunas de las especies de plantas crasas con flor más comunes.
Argyroderma
Es una de las plantas crasas con flor más curiosas, por su peculiar forma de huevo dividido por la mitad. Tiene un color muy especial, entre verde, azul y plateado, y da unas flores rosas y rojas grandes y llamativas. Una de sus características diferenciadoras es que florece en invierno, lo que supone una nota de color muy bonita en los meses más fríos. Es una opción ideal para interiores.
Lithops o piedras vivas
También se las conoce como plantas piedra, por su peculiar aspecto. Sin duda son las plantas crasas con flor más curiosas y originales. Son de tamaño pequeño y redondeado, de diferentes colores, y se parecen tanto a una piedra que sin no han florecido es fácil confundirla con una. Las flores emergen por una hendidura que divide la planta, y son grandes, casi del tamaño de la planta, de color blanco o amarillo. Necesitan mucho solo y tienen que permanecer en un rango de temperaturas entre 15 °C y 30 °C.
Hoya carnosa
Esta bonita planta también se la conoce como flor de nácar, flor de cera o la cuerda hindú, y es una de las plantas crasas colgantes con flores más populares por su belleza. Tiene unas hojas rizadas que crecen alrededor del tallo de la enredadera, y se distribuyen colgando de la maceta de una forma muy decorativa. Cada año generan pequeñas flores redondeadas, rosas y blancas. Las Hoyas suculentas necesitan un clima cálido y húmedo, ya que son originarias de la India.
Sempervivum
La principal característica de las siemprevivas son su resistencia y su capacidad para reproducirse, de ahí su nombre. Existen muchas variedades de siemprevivas, entre las que hay varias plantas crasas con flor. La Sempervivum arachnoideum es muy popular y reconocible por estar cubierta con una fina capa de hilos que recuerdan a una tela de araña. Las flores de esta especie son muy efímeras, aunque es generosa en la cantidad de flores que produce.
Pleiospilos
Esta especie de crasas está emparentada con los lithops o planta piedra. Son muy suculentas y de tamaño pequeño y solo tienen dos o cuatro hojas enfrentadas entre sí. No suelen superar los 8 cm, aunque las flores pueden ser tan grandes como la propia planta. Son aptas como plantas de interior, ya que hay que protegerlas de las bajas temperaturas, que no deben bajar de los 6 °C.
Cualquier planta crasa con flor necesita un sustrato muy poroso, por ejemplo, sustrato universal mezclado con arenilla, para que drene muy bien el agua y no se acumule exceso de humedad. Cultivar crasas es sencillo y podemos conseguir un rincón precioso, en casa o en el jardín.