Una vez que decidimos sembrar un huerto y ya tenemos cada plantel, empiezan las dudas. La principal es cuándo poner al sol las semillas germinadas. Si se hace antes de tiempo pueden quemarse y morir, y si se espera demasiado, quizás lleguen con pocos nutrientes para hacer frente a su crecimiento. La segunda de esas preguntas es cómo pasar las semillas germinadas a tierra. El sustrato que se debe utilizar según lo que vayamos a trasplantar y controlar los tiempos de crecimiento son esenciales.
Cuándo es mejor poner al sol las semillas germinadas
Todas las plantas tienen un ritmo particular. Cada especie germina en un tiempo determinado aunque se pongan a germinar al mismo tiempo. Y todas tienen unas características especiales, las hay sensibles al frío que no soportan una helada o si están demasiado expuestas al calor, podría morir simplemente porque el sustrato se secaría.
Las semillas germinadas recién trasplantadas no pueden ponerse al sol directo toda la jornada, hay que dejarla en la sombra en las horas de luz más intensas. Cuando las plantas están recién nacidas son muy sensibles a la luz, aunque la necesitan para vivir desde el primer momento. Las primeras horas del día, son perfectas para que se estimule su crecimiento y sigan con su desarrollo sin afectar negativamente a su ritmo.
Cuando ponemos al sol las semillas germinadas, ya plantadas en tierra, el control del riego ha de ser escrupuloso para que el aporte de agua sea justo y la planta no sufra en ningún caso.
Cómo pasar las semillas germinadas a la tierra
Una vez que las semillas han germinado, el siguiente paso es trasplantarlas a tierra. Las semillas germinadas están listas para plantar cuando ya han empezado a crecer lo que se denominan “hojas verdaderas”. Estas hojas son las propias de la planta adulta, con su forma particular y no las pequeñas que suelen salir siempre al germinar.
Hay dos ingredientes principales para pasar las semillas germinadas a tierra: paciencia y un buen sustrato. Una vez que las semillas han germinado, sus pequeñas raíces son muy sensibles, finas y débiles y se rompen con facilidad. Estudiar sus necesidades para elegir el sustrato adecuado es garantizar un crecimiento óptimo.
Aprender cómo trasplantar semillas germinadas es más fácil de lo que parece. Una vez que tenemos el sustrato adecuado en una maceta, se hace un orificio en el mismo, se deposita con mucho cuidado la semilla con las raíces hacia abajo y se cubre un poco con el sustrato sin apretar. Se riega con un pulverizador para que el agua vaya entrando poco a poco y no ahogue a la semilla. Hay que dejarla al abrigo de los cambios bruscos de temperatura hasta que sea lo suficientemente fuerte para salir al exterior o hasta que se trasplante a su lugar definitivo.
Si vas a cultivar plantas medicinales, aromáticas o culinarias, ten en cuenta que necesitan unos sustratos especiales que le aporten a la planta un mayor aroma, sabor y cantidad de principio activo.
Una vez que se sabe cuándo poner al sol las semillas germinadas y cómo se trasplantan, el agua y un buen sustrato son las bases principales para que las plantas crezcan correctamente. La elección del sustrato adecuado aportará todos los nutrientes necesarios para que nuestras frutas y hortalizas se desarrollen perfectamente.