Los bonsáis son hermosos y cuidarlos, lejos de lo que pudiera parecer a un profano, no es tarea demasiado complicada. Los cuidados de un bonsái difieren un poco en función de la especie a plantar que elijas, pero hay unas pautas comunes en todos los casos. ¿Te animas a plantar y cuidar un bonsái?, te explicamos de forma sencilla, cómo cuidar un bonsái

¿Cómo debemos cuidar un bonsái?
Un bonsái es, en esencia, un árbol que se cultiva en una maceta. A este pequeño árbol, obtenido de semillas normales o de semillas de otro ejemplar que haya florecido con su tamaño ya reducido, se le deben proporcionar cuidados especiales para conseguir que crezca y no se ahogue con sus propias raíces en la maceta. Sí, por sorprendente que pueda resultar, uno de los cuidados del bonsái consiste en favorecer su crecimiento, para lograr esos troncos con nudos, a los que podemos ir dando forma a medida que el bonsái joven va creciendo.
Pero hay algo más importante a la hora de cuidar de tu bonsái y es conseguir que no se muera durante su manejo. Un error en el riego o en la poda puede causar la muerte de un bonsái de cualquier edad. Para que esto no suceda, te dejamos una lista de consejos con los que solo te queda informarte bien de si la especie que has elegido requiere de algún cuidado específico o adicional.
Como norma general para principiantes, te recomendamos elegir especies que se adapten bien a las condiciones interiores de temperatura y humedad del sitio donde vivas. Una vez ya sepas cómo cuidar un bonsái de los sencillos, pueden aventurarte con especies exóticas que requieran de mimos especiales.
¿Cómo regar un bonsái?
Los bonsáis se riegan por lo general a diario, pero utilizando pequeños volúmenes de agua. Se suelen regar con un atomizador en vez de verter el agua directamente en la maceta o usar un sistema de autorriego.
Ten en cuenta que los requerimientos de agua de tu bonsái dependen de a qué especie pertenece, pero también de la humedad y el clima del sitio donde lo vayas a cuidar.
Abono de un bonsái
El abono proporciona al bonsái los nutrientes que no aportan el agua o que se van agotando en la tierra de su maceta. En caso de duda, puedes usar un sustrato universal, pues no es muy compacto y a las raíces de las plantas les gusta expandirse, tanto más cuanto menor sea el recipiente para su cultivo.
También existen sustratos específicos para bonsáis y abonos para bonsáis, que tienen la textura perfecta y aportan nutrientes con poco volumen de material a emplear.
¿Cuándo debo podar un bonsái? Cuidados especiales
La poda del bonsái es una operación delicada aunque necesaria para conseguir que el árbol no crezca mucho en altura y, de paso, para ir dándole la forma deseada.
En general, la poda de los bonsáis se hace al principio de la primavera y al finalizar el otoño, coincidiendo con los momentos anteriores y posteriores a la temporada de crecimiento respectivamente.
A la hora de podar un bonsái es importante no cortar ramas muy cercanas a la base porque podemos matar al árbol. Utilizando una herramienta específica, elimina las ramas y hojas muertas. Si en un nudo nacen dos ramas, corta una y respeta la otra. También puedes podar ramas que interfieran en el crecimiento que tienes en mente para tu bonsái y, de manera general, debes cortar las ramas que crecen muy verticales y las que sean demasiado gruesas como para permitir ir doblándolas para darle forma al bonsái. Por último, conviene eliminar las ramas gruesas que aparezcan muy alejadas de la raíz, para mejorar la salud del pequeño árbol.
¿Cuándo debo trasplantar un bonsái?
Otro momento delicado del cuidado de un bonsái se presenta cada vez que hay que trasplantarlo. A lo largo de la vida de un bonsái vas a necesitar repetir esta operación al menos tres o cuatro veces. Los bonsáis se trasplantan para que puedan seguir creciendo y no mueran ahogados en su propia maceta y para que consigan aprovechar mejor los nutrientes.
La frecuencia con la que necesitas repetir esta operación depende del estado de las raíces del árbol. Como norma general, si no ves que haya raíces que sobresalen por encima de la tierra de la maceta, una vez el año debes sacar el bonsái de la misma y comprobar cómo se encuentran las raíces. En el caso de los bonsáis maduros, la frecuencia con que necesitan ser trasplantados suele oscilar entre los 3 y los 5 años.
El trasplante del bonsái se suele llevar a cabo al final del invierno o al principio de la primavera, cuando el árbol retoma su etapa de crecimiento.
Nuestro último consejo es que, al comenzar a cultivar una nueva especie de bonsái, consultes en libros o foros especializados si tiene algún requerimiento especial, como puede ser una proporción de nutrientes un poco diferente a la que es óptima para la mayoría de bonsáis. Como verás, cuidar un bonsái no requiere mucho tiempo a diario, y solo de cuidados especiales dos o tres veces al año, por lo que puedes cultivar muchos a la vez, de diferentes especies, dado que tampoco ocupan espacio ni suponen un gran desembolso para su mantenimiento.