El bonsái Acer Palmatum es una especie muy característica en el mundo de los bonsáis. Más conocido como arce japonés, su uso principal es el de elemento decorativo en espacios exteriores.
Su origen es asiático, en concreto de algunas regiones de Japón y Corea del Sur, y su gran versatilidad hace que puedan cultivarse diferentes estilos de bonsáis, aunque los más habituales son el Moyogi, el Ishizuki y el Yosu-ue.
Acer Palmatum: características de este bonsái
Un primer aspecto interesante del bonsái Acer Palmatum es que su nombre hace referencia a la dureza de su madera: acer es duro es latín, y a sus hojas en forma de palma de mano, palmatum.
Más allá de esto, se trata de una especie de la familia Sapindaceae, anteriormente clasificada como Araceae. En esta familia se agrupan aproximadamente 125 especies de los géneros Acer y Dipteronia.
Árboles de hoja caduca con coloración muy intensa
Del Acer Palmatum existen centenares de variedades que dan lugar a diferentes tonalidades en su desarrollo. Esa es una de sus características más reseñables, la forma y el color sus hojas, que va desde tonos rojizos muy intensos en la fase de brotación, al verde en los meses de verano y vuelve a enrojecerse con la llegada del otoño.
Dónde colocar el Acer Palmatum
Este bonsái es de uso exterior, en ubicaciones soleadas y bien aireadas. Soporta perfectamente temperaturas suaves, pero sufre mucho la incidencia de las altas temperaturas (especialmente en las hojas) en las horas centrales del día, momento en el que hay que colocarlos en espacios de sombra iluminada. Es resistente al frío, pero no lleva bien las temperaturas inferiores a los 5 °C durante un tiempo prolongado.
Cuidados especiales del Acer Palmatum
Los cuidados del bonsái Acer Palmatum incluyen buena dosis de riego, abono en dos periodos y los trabajos propios de poda y pinzado.
Con respecto al sustrato, la mejor opción es optar por 100 % Akadama, que es una arcilla granular de origen volcánico que conserva bien la humedad. También sirve una mezcla de este sustrato con un 20 % de grava volcánica.
Cómo regar el bonsái Acer Palmatum
El arce japonés es un bonsái que necesita mucha humedad, por lo que debemos regarlo de manera abundante en verano y con una frecuencia más moderada en invierno. Además, las hojas en los meses más calurosos también hay que pulverizarlas para que el bonsái no pierda su humedad.
El abonado del arce japonés
El abono se hace dos veces al año: en primavera y otoño.
En primavera se debe aplicar el llamado abono de crecimiento, con productos ricos en nitrógeno, y se debe mantener hasta los meses de verano.
A partir de ahí, el árbol descansa, y cuando las temperaturas comienzan a bajar a principios de otoño, hay que volver a abonar, pero esta vez con productos ricos en fósforo y potasio, hasta que se inicia el invierno. A partir de ahí, nuevamente descanso que se interrumpe con nitrógeno en primavera.
¿Cómo se poda este bonsái?
La poda se ejecuta en el inicio de la primavera, pinzando el árbol cuando aparecen los primeros brotes. Solo hay que dejar las dos primeras hojas y mantener esta operación hasta que la silueta esté bien definida.
El alambrado se puede realizar en todo el año, pero la mejor opción es en primavera, pues el arce japonés ofrece una ramificación muy delicada y en esta época la circulación de savia es más rica.
El bonsái Acer Palmatum es una especie muy popular que requiere cuidados muy específicos, pero que a cambio puede ofrecer mucha luz y color a jardines y espacios exteriores. La clave con ellos radica en medir bien el riego y utilizar un sustrato que se ajuste a sus características.
Si eres un amante de los bonsaís.
Aquí te dejamos el sustrato que necesitas para el cuidado y mantenimiento del bonsaí.