La flor de pascua es una especie originaria de México y Centroamérica y está muy vinculada a la Navidad. También se conoce como Poinsettia, y hasta tiene un día Internacional, el 12 de diciembre. El principal reto es mantenerla durante todo el año, para que con la llegada del invierno nos deleite llenándose de esas características brácteas rojas. Para que esto sea posible hay que tener en cuenta algunos consejos para darle los mejores cuidados a la flor de Pascua.
Qué cuidados necesita la flor de Pascua
El principal problema de la Poinsettia es que su hábitat natural es el exterior y necesita un clima muy estable y mucha luz natural, sobre todo cuando florece. Sin embargo, también podemos cultivarla en interior y conseguir que sobreviva sana, fuerte y bonita, aplicando con esmero algunos cuidados a la flor de Navidad por excelencia. Estos son los puntos más importantes:
- Necesita luz natural, pero sin recibir sol directo.
- La oscuridad provoca que se le caigan las hojas.
- Tampoco le gustan las temperaturas extremas, como el frío o el calor.
- Odia la calefacción.
- Necesita un ambiente húmedo.
Una vez elegido el lugar adecuado en casa para colocar la planta, se recomienda regar por inmersión, es decir, colocando bajo la planta un cuenco con agua a temperatura ambiente, dejarla durante 15 minutos para que las raíces absorban lo que necesitan, y retirar el agua sobrante. También es importante trasplantarla, podarla y abonarla en el momento adecuado.
Cuándo podarla
La época ideal para la poda de la flor de Pascua es a finales de enero, cuando la Poinsettia suele perder todas sus hojas, tanto las verdes como las rojas. Si el entorno es ideal y la planta recibe todos los cuidados que necesita, puede conservar las hojas verdes.
En cualquier caso, el momento adecuado para podar es cuando haya perdido las hojas. Los tallos se deben cortar dejando una altura de uno 10 cm, y a continuación hay que sellar el extremo con un poco de cera derretida. Es aconsejable usar guantes para esta tarea porque la savia de esta planta puede irritar la piel y las mucosas.
Después, dejaremos la planta en reposo hasta su floración, en un lugar templado y libre de calefacción, si es posible. Durante este periodo, hay que regarla una o dos veces por semana.
Qué temperatura y qué riego necesita
Conseguir una temperatura adecuada es uno de los cuidados de la flor de pascua más importantes. Lo ideal es mantenerla en una zona entre 15 y 20 °C, con mucho cuidado de la calefacción, porque los ambientes secos provocan que se caigan las hojas.
Si no es posible alcanzar esa temperatura en invierno sin recurrir a un calefactor, habrá que crear un ambiente húmedo para la Poinsettia, por ejemplo, colocando un cuenco con agua cerca del radiador. En invierno es suficiente regar una vez por semana, y en verano se puede aumentar a dos. Lo importante es dejar que la tierra se seque entre un riego y el siguiente, y hacerlo por inmersión, como ya hemos explicado.
En cuanto al abono, el momento indicado para el mantenimiento de la flor de Pascua, es desde mediados de primavera hasta el final del verano, y se debe utilizar preferiblemente abono líquido. No se recomienda abonar cuando las brácteas comienzan a ponerse rojas.
Aunque es una especie delicada, merece la pena. Los cuidados de la flor de pascua son sencillos, pero requiere atención constante. Con un poco de ayuda por nuestra parte, la mantendremos sana todo el año y florecerá preciosa en Navidad.