La chufa es un tubérculo muy popular en algunas zonas y una gran desconocida en otras, aunque en los últimos tiempos se ha elevado a la categoría de superalimento, gracias a sus destacables propiedades nutricionales. Los egipcios ya la consumían, y su origen se remonta aún más atrás en el pasado, ya que se sabe que la planta de la chufa fue uno de los primeros cultivos que la humanidad fue capaz de domesticar.
¿Qué es la chufa?
¿Qué es y de dónde sale la chufa? Llamamos chufa a la raíz comestible de la planta denominada cyperus esculentus de la familia de las Ciperáceas, llamadas también ‘juncias’, por su parecido a los juncos y la hierbas. Son pequeñas raíces de tono amarronado, redondas y con un aspecto rugoso, con una forma que recuerda un poco a una avellana o un garbanzo. Su sabor es ligeramente dulce, y a pesar de que se puede consumir cruda, lo más común es que se utiliza para la preparación de bebidas, como la horchata, que es la más popular. Sin embargo, dada su versatilidad, se están popularizando otros usos interesantes, desde la elaboración de harinas, alimentos para animales, cervezas, snacks y hasta productos cosméticos.
Sus características más curiosas
Aunque por mucho tiempo ha sido un tubérculo humilde al que no se le ha prestado demasiada atención, su consumo ha comenzado a extenderse cada vez más como una recomendación ideal para el cuidado de la salud. Se trata de un alimento especialmente rico en fibra, minerales esenciales y vitaminas, y es una interesante fuente de proteína completa no animal y carbohidratos libres de gluten, por lo que se ha convertido en un alimento que forma parte de la alimentación de personas celliscas y veganas. Entre su riqueza nutricional destacan las enzimas como la amilana, la lipasa y la catalasa, los aminoácidos esenciales, y una buena cantidad de vitaminas C y E, además de minerales como hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio y zinc. La chufa es, pues, un alimento completo, y un gran aliado para deportistas, mujeres embarazadas o personas convalecientes.
Su cultivo: dónde y cuándo se cultiva
La planta de la chufa crece preferentemente en climas cálidos, y para desarrollarse adecuadamente necesita como mínimo unos 5 meses sin heladas, y con una temperatura más o menos constante. Además, necesitar un nivel de humedad ambiental bastante alto, por eso las mejores regiones para su cultivo, son las del levante mediterráneo, en las proximidades costeras. Por otra parte, prefiere suelos ligeros, sueltos muy bien nutridos, ya que esta planta es muy exigente en cuanto al consumo de nutrientes. También requiere una tierra sin piedras, con muy buen drenaje y lo menos salina posible.
Se cultiva entre marzo y mayo, cuando las temperaturas comienzan a subir después del invierno. Se recolecta a finales de año, y se suele hacer mediante un procedimiento tan curioso como tradicional: la quema. Para recolectar la raíz de la chufa hay que dejar que la parte de la planta que sale a la superficie se seque completamente, y eso se consigue más fácilmente haciendo una quema controlada.
Ahora que ya sabemos qué es la chufa más allá de la típica horchata, quizá ha llegado el momento de darle una mayor importancia en nuestros hábitos de alimentación.