El brócoli, o Brassica oleracea, es una planta que pertenece a la familia de las crucíferas, igual que las coles o la coliflor. La parte comestible de esta planta son las cabezas florales de unos 20 centímetros y 50 gr de peso, de color verde oscuro, que crecen sobre el tallo. Aunque tiene fama de ser un alimento odiado por los niños, es una de las hortalizas con mayor contenido nutricional, ya que es rica en vitaminas A y C y minerales como hierro y azufre. Además tiene propiedades antioxidantes, antimicrobianas, depurativas, refuerza el sistema inmunológico y previene el cáncer. Motivos de sobra para indicarse en su cultivo en nuestro huerto urbano.
Cómo plantar brócoli en tu huerto urbano
Las semillas de brócoli son redondas, de un diámetro de 1 mm y de color grisáceo o rojo oscuro. Se debe sembrar en un semillero o almácigo al aire libre con una mezcla que lleve compost porque así las plántulas se desarrollarán mejor. Las semillas se siembran a unos 2 cm de profundidad y cuando la planta alcanza los 10 cm, se debe trasplantar a una plantación en hileras, colocándolas con una separación de unos 50 cm. Debido al gran porte de las plantas de brócoli, conviene recalzarlas para evitar que se tumben. La tierra tiene que estar siempre húmeda.
Condiciones necesarias para plantar brócoli
El brócoli tiene preferencia por los suelos firmes y pesados con un pH entre el 6,5 y 7, aunque es capaz de crecer en cualquier tipo de tierra que esté bien abonada. No se recomiendan los suelos ácidos y se evitará sembrar en suelos donde se hayan plantado anteriormente otras crucíferas como repollo, coles, nabos, rábanos, etc.
En cuanto a las condiciones externas, es una planta que prefiere los climas frescos o fríos, así que en las zonas cálidas lo mejor es sembrar los brotes durante el otoño. Por norma general se debe evitar que la inflorescencia coincida con las épocas de temperaturas más extremas.
Cómo preparar la tierra
Para que el brócoli se desarrolle de manera óptima se recomienda utilizar un sustrato esponjoso que permita una buena retención de la humedad pero que también facilite un correcto drenaje para evitar que el agua se encharque. Un truco para conseguirlo es añadir pequeñas piedras o un poco de aserrín al sustrato para darle ese acolchado que necesita. También es importante añadir una buena cantidad de compost, especialmente cuando las semillas están en el almácigo.
El brócoli necesita muchos nutrientes, en especial nitrógeno y potasio. Existen algunos trucos para proporcionárselos en mayor cantidad. Podemos incrementar el nivel de potasio en la tierra hirviendo cáscara de plátano. Se deja enfriar el agua de la cocción y se echa sobre la zona reservada para plantar el brócoli o como agua de riego donde ya está plantado. Para el nitrógeno podemos usar restos de plantas leguminosas, o bien plantar el brócoli junto a las judías o los guisantes.
Cuándo se planta el brócoli
Desde que siembra el brócoli, tarda unos 60 días producirse, un poco más en el caso de algunas variedades como el romanesco. Si se quiere cosechar en verano, se debería sembrar entre dos a tres semanas antes de la última helada de primavera. Si se desea que la cosecha coincida con el otoño, las semillas tendrían que plantarse entre 85 y 100 días antes de la primera helada del otoño.
Resumiendo, para obtener una buena cosecha de brócoli hay que prestar especial atención a tres puntos: el acolchado del suelo, el nivel de nutrientes y el momento de la siembra.